La respiración suministra oxígeno a la sangre, a través de la cual llega al órgano quemás lo necesita: el cerebro.
No solo es importante respirar correctamente para que la sangre esté bien oxigenada. Además el aire que entra a los pulmones debe estar tan libre como sea posible de humos y de contaminantes químicos, mucho de los cuales como el humo del cigarro y los metales pesados (por ejemplo el plomo) presentes en el aire contaminado alteran el desarrollo cerebral, principalmente de los niños.
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